La Fábula de la zorra y el grajo la contaba La abuela Marina cuando comíamos gachas. Dice así:
El grajo invita a comer gachas a su comadre (madrina) la zorra y le pone las gachas en una alcuza y como su hocico era más grande que la boca de la alcuza la zorra se quedó con la boca hecha agua y sin comer.
Otro día, la zorra le devuelve la invitación y convida a su compadre (padrino) la zorra que es muy astuta quería pagarle a su compadre con la misma moneda y puso las gachas en una sartén y con su enorme hocico dió cuenta de las gachas en un santiamén y se relamía de gusto, mientras que el grajo apenas pudo picotear un poco
Moraleja: Como las gachas se comen todos juntos en la sartén, si eres una persona melindrosa o picoteas, te quedas sin comer.
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